INTRODUCCIÓN

La chispa inicial nos regala la vida, y trabajosamente la construimos con lógicas innumerables, inagotables. Cada una un espejismo, un obligado fragmento de la realidad de veras insondable.

Y nos aferramos a nuestro fragmento y lo defendemos, aun a riesgo de agredir y violentar.

¿Qué, si pudiésemos entrever otras lógicas y darnos cuenta de que también han sido construidas con esfuerzo a partir de emociones nada diferentes a las nuestras? ¿Y qué, si detrás de ese sentir hubiese primeras satisfacciones o insatisfacciones de necesidades primordiales que nos son comunes a absolutamente todos los seres humanos?

A tamaña diversidad de lógicas correspondería entonces una apabullante similitud de necesidades.

De eso se trata cuando para explicarme el desarrollo humano, sano o enfermo, capaz o discapaz, me baso en una teoría interaccional de las necesidades primordiales y un enfoque simultáneamente sistémico, dinámico y transdimensional, y trato de encontrar factores comunes a las lógicas que voy conociendo.

De ahí que para pensar y actuar en pedagogía y medicina, en psicoterapia y acción social, elija un paradigma abarcativo, global, integral: el holismo.

Carlos G. Wernicke