• La Terapia de Contención fue introducida en 1987 por Carlos G. Wernicke para el tratamiento de los trastornos vinculares (interaccionales, relacionales) severos (TEA / TGD y otros) en niños de corta y muy corta edad
• Se fundamenta en el paradigma holístico y el enfoque sistémico-dinámico-transdimensional
• Consiste en la instalación simultánea de 5 abordajes:

- Tratamiento de los cuadros de base

En los infrecuentes casos en que existe un terreno predisponente (una circunstancia biológica / neurológica / cerebral / genética / cromosómica), por ejemplo una discapacidad mental
- Orientación psicoeducativa a los padres
Para la reorganización del ambiente, en que siempre existen interacciones alteradas por el círculo vicioso que se establece en la comunicación. Es un puntal de la Terapia de Contención, ya que ésta se realiza siempre con los padres y a través de los padres. Se proponen sesiones semanales con los padres, con una duración total determinada por cada situación familiar. Cuando se ha instalado el abrazo de contención, la orientación psicoeducativa a los padres continúa. No es un “entrenamiento”, sino un encuentro participativo con objeto de informar, educar, tranquilizar, ayudar a elaborar, encontrar caminos conjuntos, situar en la realidad, brindar un contexto, permitir la expresión, desculpabilizar y brindar un asesoramiento concreto para la vida cotidiana.

- Abrazo de contención

Para la estimulación del vínculo, como forma de (re)iniciar una vinculación amorosa con un niño que es demasiado inmaduro para una comprensión verbal de su situación y necesita imperiosamente confiar o volver a confiar en sus padres. La primera sesión tiene lugar en el consultorio y luego prosigue una vez por día en el hogar, con una duración que depende de cada caso. Una vez instalado el abrazo de contención, los padres y otros familiares y terceros no involucrados comienzan a ver cambios positivos en días o semanas.

- Tratamientos (re)habilitatorios

Para la estimulación de los sistemas funcionales, por ejemplo fonoaudiología, musicoterapia, psicomotricidad, terapia ocupacional, integración sensorial, técnicas de modificación de conducta, psicopedagogía, zooterapia, etc., según cada situación individual

- Medicaciones y dietas

Para la reducción de la ansiedad. Sólo tiene aplicación en algunos casos necesarios. En ningún caso la medicación se considera curativa, sino un instrumento auxiliar secundario. Pueden utilizarse psicofármacos, neurofármacos y/o medicaciones homeopáticas, así como dietas, según cada situación individual.


• Luego de un estudio diagnóstico minucioso se elabora un programa de acción individualizado
• En cuanto a los resultados, incluso en niños autistas se logran mejorar el contacto visual y corporal, la búsqueda y la aceptación de los padres, la imitación, los temores, la hipersensibilidad, el interés, el juego, la comunicación, el lenguaje, la conducta. Se reducen las estereotipias y la agresividad.
• Son predictores de mejores resultados un proceso diagnóstico detallado, la ausencia de cuadros de base, una mayor edad madurativa, una menor brecha cronológico / madurativa, la presencia de habla (en niños de más de 5 años de edad) y la participación activa de ambos padres.