• Definimos como discapacidad a una desadaptación psicosocial a la que se añade una alteración o pérdida de una estructura o de una función.
• Y definimos como desadaptación psicosocial a la imposibilidad total o parcial de adecuarse a los criterios que cada cultura considera normales. Ejemplo: para una cierta cultura familiar un niño que se mueve tendrá características que esa cultura denomina signos y síntomas de patología, por lo que para esa cultura será un desadaptado; en cambio en otra familia que un niño se mueva mucho será considerado sano, adaptado.
• Una persona con una deficiencia pero sin desadaptación psicosocial no puede considerarse discapacitada. Son personas con alteraciones o pérdida de una estructura o función que al tener una situación compensada, por ejemplo a través de rehabilitaciones / terapias, no están desadaptadas. Ejemplo: una persona que tiene una pierna más corta que la otra y, al tener un zapato con un resalto, deja de cojear.
• Por otra parte, el planeta está lleno de personas con desadaptación psicosocial, sin alteración o pérdida de una estructura o de una función. Son desadaptados psicosociales, pero no discapacitados.
• Cuanto más se desciende en la escala social, es decir, cuanto más lejos se está del núcleo de poder de esa cultura, más se padece la marginación psicosocial y la consiguiente desadaptación. Por tanto, más posibilidades hay de que no sea posible la adaptación a esa cultura en particular. Ejemplos: el pobre o indigente, el subalimentado o desnutrido, el sucio, el loco.
• Por otra parte, en edades muy tempranas la desadaptación psicosocial puede a su vez producir alteración o pérdida de estructura o función, con lo que se configura una discapacidad de origen psicosocial. Ejemplo: el niño todavía no nacido que no recibe suficiente alimento de una madre pobre, por lo cual ya nace con menos peso y menos neuronas, por lo que tendrá una potencialidad futura de menos estatura y menos inteligencia.
• Es el poder autoritarista de una cultura el que produce marginaciones sociales y en consecuencia desadaptaciones y discapacitaciones.
• Puesto que en el siglo XXI esta información es habitualmente accesible, los poderosos marginadores y excluidores son culpables voluntarios y conscientes de esta situación. Violan así derechos humanos universales.